Disfrutando trayectos

Siempre he creido que cuando se emprende un viaje, es muy importante que los trayectos entre los diferentes destinos formen parte del mismo, porque de no ser asi, perderemos la oportunidad de disfrutar de cantidad de cosas que suceden en ese camino, igual de interesantes o mas que las que el propio destino ofrece.
Hoy, regresando a Hetauda desde Katmandu, ya no es que lo crea, lo afirmo rotundamente...
Ayer fuimos a Katmandu para hacer una gestiones que teniamos pendientes. Este trayecto entre las dos ciudades atraviesa dos valles, con sus correspondientes montanas, y se le estima unas duracion de 4 horas...Pero aqui las estimaciones son quimeras y si incierta es la horas de salida, acertar la hora de llegada es una quiniela de pleno al 15.
Total, nos fuimos para alla 5 del grupo. Teniamos reservados 5 asientos en un todoterreno para las 6 de la manana. Pero claro, ese todoterreno no sale hasta que se cubran las 5 plazas restantes, mas la del conductor.
Como ya acumulabamos una hora de retraso, a las 7 de la manana decidimos comprar las dos plazas restantes y salir hacia Katmandu.
El recorrido transcurre por carreteras de montana todo el tiempo...es como si te tiras 4 horas subiendo y bajando puertos del tour de Francia, con el aliciente de esquivar cerdos, pollos, cabras, vacas, millones de motos, todoterrenos y un sinfin de ninos que salen de la escuela o se dirigen a ella.
Todo ello, al borde de un precipicio, hace que tu frecuencia de pestaneo se reduzca drasticamente y las dosis de adrenalina esten mas garantizadas que en el puenting.
He estado por llevarme de recuerdo el agarradero de encima de la ventanilla, que ademas me hubiese valido para renovar el DNI; ahi si se veian nitidas mis huellas dactilares y no la mierda negruzca esa de la policia...

A mitad de ruta, un desprendimiento habia cortado por completo la carretera. En menos de 5 minutos, nuestro conductor negocio con un conductor del otro lado del desprendimiento y en 10 minutos habiamos atravesado el pedregal y cambiado de coche. Nunca se sabe, pero quiza nos vino bien el retraso de la manana.

Cuando hemos llegado a Katmandu me ha venido a la cabeza la imagen del Papa, bajando de su lujoso y seguro avion y besando el suelo de cada pais que visitaba...jeje, si llega hoy a venir a mi lado en el coche su Santidad, al llegar a Katmandu habria dejado el empedrao de la parada como una patena.

Hoy, y tras haber esperado de nuevo a cubrir las diez plazas mas conductor y un nino, hemos emprendido el camino de vuelta. El conductor, no contento con ello, al pasar al lado de tres ninas, que volvian a su pueblo desde el colegio, les hace una senal y zas!!! en un segundo iban las tres crias subidas en la baca del todoterreno. Puffff, he pasado un rato malisimo, pensando como estarian las chicas  ahi arriba, heladas de frio, con el corazon en un puno a cada curva, pensando que veria caer en cualquier momento a una de ellas...hasta que no se han bajado en su aldea y he contado a las tres, no me he quedado tranquilo. Madre mia!! queria ver yo a estas chiquillas subidas al bufalo que montan en las fiestas de mi pueblo...

En fin, como os digo, una aventura de viaje donde, como muchas veces y en la vida misma, el mayor jugo se saca disfrutando del trayecto, de cada parada, de cada paisaje, de cada curva...no es acaso la sonrisa una curva que lo endereza todo? (esta frase no es mia, pero me encanta)
Pues hale!! ya sabeis!! A disfrutar de cada sonrisa y a ofrecer otras tantas!!!
SUS LOVIU!!!

PD: perdonad todas las fatlas de ortografia y errores varios, pero entre mi lucha con el teclado, las prisas por la escasez de horas de electricidad, y que se me amontonan en la cabeza las cosas que quiero contar, pues sale como sale...me imagino mi cerebro con una neurona escritora y otras tres (no hay mucho mas) dandole en el hombro como un chiquillo pesado diciendo: "cuentales lo del crio aquel, cuentales lo del poblado ese, cuenta lo de....!!!! purrrrrrrr