Pokhara parte III: Historietas

Manana nos marchamos de Pokhara y aqui os dejo alguna anecdotilla de esta maravillosa ciudad.

Retomando el ping-pong con los taxistas de Pokhara

Rememorando tardes gelidas en Dinamarca, donde cada viernes era vapuleado por mis companeros chinos al ping-pong, he vuelto a las andadas y me he estado acercando por las mananas a jugar con los taxistas del lago Pokhara. Tienen alli una mesa de piedra pegada al lago y alli pasan las horas esperando al proximo cliente. Yo, como un nino pequeno, el primer dia, me puse pegado a la mesa y recogia presto la bola cuando rodaba por el suelo, esperando la frase que no tardaria en llegar: JUEGAS???
Respecto a mi rendimiento y el balance victorias-derrotas, solo comentar que estos nepalis han cogido pronto el mismo vicio que sus vecinos asiaticos en Dinamarca: pintarle la cara al de Cuenca!!!!

Juegos de...ninos????

No hay nada mas bonito que ver a ninos jugar...en la calle...pero...y los mayores? Ya no juegan? Ya no sabemos jugar? Aqui si...son frecuentes los corros de hombres jugando en la calle a diferentes juegos...siendo el parchis uno de los mas animados!!! Todo ello se entremezcla con ninos jugando con neumaticos, con un madeja de cuerdas o un simple palo y una pierda...versiones no compatibles para PSP o Wii...

Hasta ir a la feria aqui ha sido un descubrimiento o mas bien, un redescubrimiento...ya que hemos podido disfrutar de juegos y atracciones de lo mas rudimentarias, con maquinarias basadas al 95 % en la traccion humana....simplemente genial.

Dr. en Pokhara

Ir al medico en en Pokhara te puede aportar una dosis determinada de medicamentos y una gran historia de amor. 
Una de nuestras companeras estaba indispuesta y fuimos a la consulta del doctor Paul, el doctor del barrio. Tras la parte facultativa y sin saber muy bien como empezo, nos relato la historia de su vida.
Este medico indio vivia con su familia en Calcuta. Un dia sus padres, viajando en la locura de trenes de esta caotica ciudad india, vieron una nina, sola, llorando desconsolada en el anden. Los padres de la chica habian subido casi en marcha a un tren que no para por nada y por nadie, y entre el tumulto, los gritos y las prisas, a la nina no le dio tiempo a subir, quedando sola, abandonada y sin saber hacia donde se dirigian sus padres ni poder hablar aquel idioma extrano para ella.
Viendo aquello, los padres del Dr. Paul la recogieron y se la llevaron a casa a vivir con ellos mientras intentaban indagar de donde venia aquella muchacha y quien eran sus padres. Pasaron 12 anos...12 anos en los que le dieron comida y techo y la oportunidad de estudiar medicina en la universidad de Calcuta, la misma en la que se formo nuestro Dr. Paul. Y asi, imagino que entre intercambios de apuntes y 12 anos conviviendo bajo el mismo techo, terminaron recentandose un VENENO de composicion quimica y posologia letal: AMOR.
Comenzaron una relacion prohibida que sus padres jamas aceptarian. Mientras tanto, nuestro medico seguia buscando la familia de su novia, situando por fin en Nepal, y concretamente en Pokhara, sus origenes.
Hasta alli viajo solo, para certifcar sus pesquisas. Con un simple nombre garabateado en un trozo de papel y a orillas del lago Fewa, encontro al fin a su familia.
De vuelta a Calcuta puso al corriente a sus padres de la situacion y de su relacion clandestina. Tras montar en colera, estos le recomendaron llevar a la chica con su famlilia, dejarla alli, volver a la India y olvidarla para siempre. Pero nuestro doctor Paul solo siguio la mitad de los consejos de sus padres. Acompano a su novia de vuelta a Pokhara, con su familia, y ya nunca regreso a Calcuta. Hace ya 38 anos....

Bueno, ya me despido de Pokhara, a donde volveremos sin duda, ya que nos quedan muchas sendas que recorrer, mucha gente que conocer, mucas sonrisas que compartir....

Sus loviu!!!!!!